miércoles, 6 de marzo de 2013

Apostillas de Scarbrow a la dieta del bocata

La parte final de esta miniserie sobre ese gran invento de la humanidad, la dieta del bocata.

Originalmente esta dieta la diseñó un nutricionista para una mujer de alrededor de 30 años. Es una dieta hipocalórica bastante equilibrada pensada para un tratamiento de duración media (tres meses). Algo escasa en verduras y frutas, por lo que no es recomendable para regímenes de largo tiempo. Es alta en proteínas, así que es compatible con programas de entrenamiento en gimnasio. Esta dieta no incluye cantidades, pesos ni modos de preparación para bastantes de sus comidas. Eso significa que puede haber una variación bastante importante en el aporte calórico de la dieta, según uno la aplique.

Antes de comenzar la dieta, yo recomendaría calcular el consumo de calorías (aproximado) requerido para cada uno, basándose en la tasa metabólica basal:

Referencias principales


Referencias secundarias (en español, menos completas)


Calculadora según las ecuaciones de Harris-Benedict


Además de esto, en las referencias se pueden encontrar algunos estudios que apuntan a una variabilidad normal en las poblaciones estudiadas de hasta un 25% arriba o abajo de los valores promedio. En resumen, cada cual debe modificar (poco o mucho) la dieta para ajustarse a sus necesidades. Obviamente, una mujer de 55kg y 1,60 de alto, sedentaria, no puede aplicar las mismas modificaciones que hago yo (varón, 95kg, 190cm de altura, 30 años, medianamente activo). Mis requisitos calóricos diarios, aplicando las fórmulas de Harris-Benedict, están cerca de las 3000 calorías diarias (>2000 de basal, resto por ejercicio), por lo que esta dieta me da unos resultados muy rápidos. Más bien tengo que suplementarla para no perder peso demasiado deprisa. Pero después de 4 ciclos, ya lo tengo bien controlado.

Además, hay que tener en cuenta la situación base. Si el consumo habitual de uno incluye (como para mí) uno o dos litros de Coca-cola al día (a 500 calorías el litro), uno o más snacks en el trabajo (250-500 calorías cada uno), picoteo entre horas, etcétera, obviamente eliminar esos "extras" tendrá un efecto adicional.

La dieta sirve así como un período de reeducación alimenticia, en el que uno aprende a comer menos y mejor. Además, enseña buenas prácticas en la elaboración de menús, y uno aprende a la fuerza a cocinar comidas sabrosas sin recurrir a la adición de grasas (aceite sobre todo). La reducción de consumo de azúcar también viene bien, y reeduca las papilas gustativas a disfrutar lo dulce con menos cantidad. Además, al no ser de choque sino prolongada, el efecto de las nuevas costumbres dura con facilidad unos meses una vez terminada la dieta.

Una nota sobre el pan: para mí uno de los puntos fuertes de esta dieta es que compartimentaliza el uso del pan, reduciéndolo a los bocatas. Se aprende así a comer muchas comidas sin pan, pero eliminando la ansiedad asociada en muchas dietas a su eliminación total porque sabes que pronto comerás más, en el siguiente bocata.
   
Un consejo práctico antes de empezar la dieta. Revisa tu despensa a ver si hay cosas que no estén en la dieta que caduquen antes de tres meses, y consúmelas antes de empezar. Asegúrate de que para cuando comiences la dieta, no tendrás cosas que te obliguen a saltártela para no tirarlas. Ya bastantes ocasiones tendrás de fundirte tus comidas libres en salidas, cenas con amigos y cosas así.

Como siempre, cuidaos y comed sano.

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