domingo, 30 de enero de 2011

Crítica: Green Hornet (3D)

Aviso importante: Contrariamente a mi costumbre, tengo intención de destripar el argumento de la película. Esto es por dos motivos:
  1. Es muy mala. Si no vas a leer el resto de la crítica, quédate con eso. No tires el dinero yendo al cine. De hecho, ni siquiera tires el tiempo descargándola. No vale la pena.
  2. Hay muy poco argumento, de modo que es casi imposible decir nada sin decirlo todo.

Green Hornet. El avispón verde, ha sido su traducción clásica. La idea original parte de una serie radiofónica de los años 30, seguida por una serie de televisión en los 60. Fue esta última la que alcanzó mayor difusión y longevidad, debido a que el personaje de Kato (de quien pronto hablaré) era interpretado ni más ni menos que por el maestro Bruce Lee. Su salto a la fama, además.

Tal vez sea interesante mencionar en este momento otra película basada en una serie de radio (y un libro) la guía del autoestopista galáctico (mucho mejor en inglés). La comparación entre las dos es muy útil, porque nos muestra que se puede adaptar una obra de un formato a otro, y que siga siendo buena. Green Hornet no lo es.

El primer comentario que se me ocurrió viéndola fue: "para este viaje, no hacían falta tantas alforjas". Y es que la película se distribuye en 3D, pero tiene el aspecto de una serie de los 60's. Con presupuesto, pero con la misma falta de guión. Sólo algunos puntos reseñables:
  • Cameron Díaz no consigue arrancar el lado cómico. Y ya es mucho decir, de una superestrella de la comedia.
  • El único punto bueno, las escenas de lucha de Kato. De las que hay 2 o 3 como mucho.
  • Kato mola. Un puñao. Y le apartan decididamente como secundario.
  • El malo es más plano que un enemigo de Superman de los 50's
  • Fallos de script por un tubo
  • Pretendidas alusiones a la modernidad que se van por el desagüe.
  • El mejor momento de la película, durante la lucha final, y el único en que el humor podría haber estado garantizado, arruinado por un fallo en la suspensión de incredulidad.
  • Las alusiones racistas podrían valer en los 60's, pero a estas alturas son más que abochornantes, ofensivas.
  • Green Hornet = Avispón verde. ¿Por qué no lo han traducido? Misterio. Lo peor es durante la propia película: "No, Avispón verde no queda bien. Mejor en inglés: Green Hornet". Así, tal cual, literal. No hay vergüenza en los estudios de doblaje.
Vamos, que podría haber tirado el tiempo en sitios mejores. Malo, malo, malo. ¿Cuándo dejaron los efectos especiales de ser especiales para ocupar el lugar central? ¿Y cuándo se perdió la sana costumbre de cortar las escenas sobrantes? De dos horas, sobra media. Y puede que aún esté siendo generoso.

En resumen, un protagonista odioso y sin gracia, un alivio cómico al que no le dejan ser cómico, un malo de opereta, y el mejor, un secundario. Telón y buenas noches.

jueves, 27 de enero de 2011

Crítica: Balada triste de trompeta, de Alex de la Iglesia

En premio para el buen Alex de la Iglesia, por posicionarse con los internautas y en contra de la ley Sinde, he ido a ver su última película, "Balada triste de trompeta".

Es... ¿cómo decirlo? Muy suya. Muy interesante. Pero muy poco hilvanada. Confieso que me ha decepcionado, porque esperaba otro tono a partir de la publicidad que se le dio. Es una película muy española y un festival del absurdo, dos características que no suelen despertar mi interés. Hay violencia (mucha), sangre (bastante), sexo (el justo para que una película sea española), humor (del serio y del absurdo, al alimón), un poco de distopia, un poco de grandeza, una pizca de denuncia, un poco de Guerra Civil, tres planos de Franco, un mucho de tabaco, un algo de violencia de género, unas tomas de helicóptero para chuparse los dedos, unos actores muy buenos y una actriz escandalosamente atractiva. Y un elefante. Todos ellos elementos con los que hacer una buena película. Pero sin embargo, en este caso la suma de buenos ingredientes no da un buen guiso. Resulta deslavazada, sin unidad. El argumento, a más de rebuscado e increíble, peca de altibajos excesivos. El ridículo campa por sus respetos, y lamentablemente en algunos casos no es buscado. Los non sequitur se presentan continuamente. Falta tensión narrativa.

En conjunto, una película decente. Bien realizada y de buen presupuesto en fotografía y efectos especiales, con un gran reparto. Tal vez destinada a ser un clásico de culto (adelantado a su tiempo) o tal vez para ser olvidada, pero desde luego, nada convencional. Como nota de aviso para los que se han visto atraídos por los carteles: son únicamente del tercio final de la película y para nada representativos. Todo el festival español-dadá está coronado por esas imágenes, que parecen buscadas para perdurar como iconos, pero (una vez más) fallan en vertebrar el relato. La banda sonora, eso sí, de primera. Si acaso un poco escasa, dejando muchas escenas huérfanas.